Mi nombre es Luisa, madre de tres lindas niñas y este es mi relato de maternidad.
Las tres veces que estuve embarazada fueron experiencias totalmente diferentes, aunque con el mismo amor.
Mi primer embarazo a los 26 años fue en el cual estuve más tranquila, a pesar de ser madre primeriza no tenía miedo, cada experiencia era nueva, pero me emocionaba, no busque información en exceso y confiaba que todo saldría bien. Quería tener un parto normal y esperar a que la naturaleza determinará el momento, aunque ese día no llegó como lo imaginaba...mi hija no pudo bajar porque tenía el cordón al cuello y tuvo que nacer por cesárea. Sin embargo, las dos estuvimos muy bien, a pesar de lo doloroso del post parto producto de la cesárea, mi bebé fue mi prioridad y el regalo más bello de la vida. Fue tanto el amor que sentí, que quería tener otro hijo, así llegó mi segunda hija.
Con mi segundo embarazo, tuve síntomas de pérdida, incluso me dijeron que lo había perdido. Lloré mucho, sentí que no podía respirar y solo me calme cuando sentí a mi hija mayor junto a mi. Pero no era verdad, era un error médico. Fue como un milagro saber que estaba conmigo, pero eso también me hizo vivir este segundo embarazo con angustia. Tuve una segunda cesárea programada, no quería arriesgarme a esperar un parto normal. Mi segunda hija nació con los ojos muy abiertos, llorando fuerte y fue como si me dijera estoy aquí y estoy muy bien.
Mi tercera hija fue un embarazo marcado por la pérdida de mi abuelito...mientras mi embarazo avanzaba, mi tata se despedía y no alcanzó a conocer a mi hijita. Mi hija fue el rayo de luz de nuestra familia. Cuando ella nació lloré y fue como un alivio de que estuviera junto a mí.
Nunca tuve patologías en el embarazo, fueron bastante buenos desde el punto de vista médico, pero fueron muchas emociones las que viví y sigo viviendo cada día junto a ellas. No importa que existan dificultades en el camino de la maternidad, siempre será lo mejor y lo más valioso de mi vida.